Inspirándonome en el documental «Zarpazos: un viaje por el Spanish horror», dirigido por Víctor Matellano, repasaremos el cine español de terror y suspense de finales de los años sesenta y principios de los setenta.
Durante el final del franquismo, se produjo en nuestro país un fenómeno insólito. La industria cinematográfica empieza a producir una gran cantidad de películas de terror, siguiendo la corriente norteamericana y europea del momento. Debido a la premura, el proceso cinematográfico acaba por industrializarse y aparecen equipos técnicos y artísticos completos especializados en este género, que producían películas a un ritmo vertiginoso.
Destacan a este respecto artistas como Amando de Ossorio, Jesús Franco o José Luis Merino entre otros, que trabajaron como directores, guionistas e incluso actores tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, en coproducciones con Italia y Alemania sobre todo.
Este hecho propició la apertura al mercado internacional y el desarrollo económico de la industria cinematográfica, que hasta ese momento había sido mucho más limitada en cuanto a cantidad de películas producidas.
La mayor parte de las películas de terror o suspense que se produjeron en este periodo en España o con la participación de artistas españoles, son consideradas copias de otras extranjeras. Sin embargo, hubo un factor decisivo que hizo que el llamado «Spanish horror» tuviese unas características propias que lo diferenciaban del resto. Hablamos de la censura franquista, que consiguió que los directores abordasen la violencia, la sangre y el sexo de una forma muy peculiar, convirtiendo el terror, en la mayoría de los casos en comicidad, y en otros puntuales, en formas ingeniosas de burlar a la censura, insinuando más de lo que mostraban. Nace así lo que podríamos considerar un nuevo subgénero cinematográfico propio de «serie B» en el que después se han apoyado sin duda cineastas actuales como Paco Plaza o Alex de la Iglesia.
Estas películas, a pesar de ser consideradas en la mayoría de los casos de baja calidad, cuentan con un gran número de aficionados entre los que me incluyo.
A continuación os ofrecemos una lista de películas representativas de este subgénero:
- Pánico en el transiberiano (1972), dirigida por Eugenio Martín.
- La marca del hombre lobo (1968), dirigida por Enrique López Eguiluz.
- La noche del terror ciego (1972), digida por Amando de Ossorio.
- Hipnosis (1962), dirigida por Eugenio Marín.
- La novia ensangrentada (1972), dirigida por Vicente Aranda.
- La saga de los Drácula (1972), dirigida por León Klimovsky.
- La noche de los diablos (1972), dirigida por Giorgio Ferroni.
- La venganza de la momia (1973), dirigida por Carlos Aured.
- El asesino está entre los trece (1973), dirigida por Javier Aguirre.
- El buque maldito (1974), dirigida por Amando de Ossorio.
- La orgía de los muertos (1973), dirigida por Jose Luis Merino
- No profanar el sueño de los muertos (1974), dirigida por Jorge Grau.
- El caso de las dos bellezas (1968), dirigida por Jesús Franco.
Por último, es justo apuntar que no todas las películas producidas en España durante este periodo podrían clasificarse dentro de lo que aquí hemos llamado «Spanish horror», hubo algunas que traspasaron las fronteras como ejemplo de buen hacer cinematográfico. Aunque de estas últimas podemos hablar en otra ocasión, sí me gustaría nombrar a un director que aunque nació en Uruguay, desarrolló toda su carrera en España: Narciso Ibáñez Serrador. Y dos de sus películas mejor consideradas, La residencia (1969) y Quién puede matar a un niño (1976).