Una pequeña reflexión acerca de la falta de reconocimiento público de la Documentación Audiovisual en el cine.
La (buena) documentación debe ser invisible. Así lo afirman la mayoría de narradores. Pero la invisibilidad a la que se refieren dista mucho de la falta de reconocimiento público a la que esta es sometida como disciplina.
Se trata de que la documentación sea invisible a los ojos en el resultado final –en el texto de la novela, en la pantalla o en escena-, pero no que, por ello, no reciba su justo reconocimiento como parte –unas veces más, otras menos— esencial del proceso creativo.
A todos nos parece impensable que se llegue a crear una estatuilla –un Oscar, un Goya- a la Mejor Documentación que reconozca la labor de los profesionales de la documentación en una producción audiovisual. Pero ¿se premia está labor de alguna forma? Sí. Aunque no de un modo explícito. ¿Por qué? Porque aunque no exista –como en el caso del cine- un Departamento de Documentación, dicha labor se fragmenta y aísla en los diferentes departamentos que trabajan en la producción. En cada uno de ellos —Guión, Dirección Artística, Peluquería, Vestuario, Fotografía, Sonido…— se elaboran dossieres ‘documentales’ para su ámbito. Por lo tanto, aunque de forma velada, cada vez que se premia el Mejor Vestuario o Maquillaje, por ejemplo, se está premiando la labor de documentación que han llevado a cabo los profesionales de esos departamentos.
La mayor contradicción, sin embargo, es que esa tarea no es generalmente realizada por un DOCUMENTALISTA profesional, sino por otras personas a las que se les ‘encarga’ una labor de búsqueda concreta para una película concreta.
Tomando los créditos finales de las películas como referencia de los profesionales que han trabajado en ellas podemos fácilmente comprobar cómo la documentación, si está presente, lo está de un modo más que discreto. De hecho, en la mayoría de ocasiones uno debe acudir a fuentes secundarias –IMDB en la mayoría de los casos—, para comprobar si ha existido la figura de documentalista.
Tomemos como ejemplo los Goya de la última década. Solo en una de las premiadas a Mejor Película, Blancanieves (2012), se hace referencia a la labor de documentación que realizó Vicente Moya bajo el epígrafe de Documentalista, así como a la procedencia de las imágenes de archivo que aparecen a lo largo del metraje. En todas las demás, Pà negre (2010), No habrá paz para los malvados (2011), Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013), La isla Mínima (2014), Truman (2015) y la más reciente Tarde para la ira (2016), no hay referencia alguna a la presencia de un documentalista en ninguna de las fases de producción.
En los Oscar, la situación difiere un poco. Tanto El Discurso del rey (2010) como The Artist (2011) y Argo (2012) sí otorgan un crédito a Archive Research en el caso de la primera, Documentaliste en la segunda y Reseacher y Stock Footage Researcher en la tercera. En Spotlight (2015) se ve reflejado en el Departamento de Arte a una persona como researcher, confirmando así lo que comentábamos más arriba: ese ‘aislamiento’ por departamentos de las labores de producción. Podemos encontrar musical consultor en Moonlight (2016). En 12 años de esclavitud (2013) y Birdman (2014), sin embargo, no existe referencia a ninguna institución o persona que hay realizado la labor de documentación en ningún ámbito.
Las premiadas en los BAFTA que no lo fueron en los Oscars fueron Boyhood (2014) y El Renacido (2015). En la segunda participaron varios “reseacher” en diferentes departamentos como Efectos Visuales que no aparecen en los créditos pero sí en IMDB, así como dos personas bajo la etiqueta de “visual researcher” (aunque solo uno de ellos acreditado). En Boyhood, en cambio, no encontramos nada. En La La Land (2016) sólo aparece mencionado en los créditos metraje proporcionado por getty images.
Así pues, es evidente que aunque alguien realiza las actividades propias de un documentalista –filmreseacher o documentalista cinematográfico—, su labor no siempre es una acción visible y reconocida. Al menos en los premios cinematográficos más famosos.
Sí existen unos galardones que reconocen la labor de la Documentación, Preservación y/o Restauración en los proyectos audiovisuales. Son los que entrega la FOCAL (Federación Internacional de Bibliotecas Audiovisuales Comerciales) a distintos aspectos relacionados con la Documentación y el Patrimonio Audiovisual. Se trata, sin embargo —y ello no supone un menosprecio por mi parte—, de premios ‘gremiales’; es decir, como la propia documentación: invisibles para el gran público.
Reblogueó esto en Image & Doc Researchy comentado:
Sobre la falta de reconocimiento público
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