Ya hemos hablado más de una vez, o quizás se lleve haciendo a menudo desde hace tiempo, sobre que el sector legal se está transformando. Hemos hablado sobre la utilización de la inteligencia artificial y de la importancia de la tecnología en el futuro de la abogacía.
Esto nos lleva a la importancia que tiene el conocimiento y todo aquello que está relacionado con él, a la necesidad de “Despachos cognitivos”.
Como dice Sara Molina en su artículo, “un “Despacho cognitivo” es aquel que aprende y se adecua a los destinatarios de nuestros servicios, reinventándose e innovando en base a la experiencia del cliente”.
Para conseguir esto debemos centrarnos en la gestión del conocimiento enfocada a nuestros clientes, organizarla y poder así adaptar nuestra estrategia y objetivos a los cambios que se nos presenten. Es útil especialmente para esto el «Círculo del aprendizaje a través de la experiencia» creado por David A. Kolb y Roger Fry.
Como también nos explica Sara Molina; “esta teoría del aprendizaje experiencial trabaja a dos niveles: el ciclo y el estilo de aprendizaje:
El Ciclo
Es un ciclo de cuatro etapas. No debe ser entendido como una serie de fases independientes, sino como una progresión cognitiva de unas etapas a otras:
- Capacidad de Experiencia Concreta (EC): ser capaz de involucrase por completo, abiertamente y sin prejuicios en experiencias nuevas.
- Capacidad de Observación Reflexiva (OR): ser capaz de reflexionar acerca de estas experiencias.
- Capacidad de Conceptualización Abstracta (CA): ser capaz de crear nuevos conceptos o ideas por medio de la reflexión o modificación de un concepto abstracto existente.
- Capacidad de Experimentación Activa (EA): ser capaz de emplear estas teorías para tomar decisiones y solucionar problema aplicados a la realidad.
El Estilo
Alineadas con éstas cuatro fases y por medio de los cuatro estilos de aprendizaje podemos trabajar sobre la gestión del conocimiento y del talento de todos los que forman la firma.
Conocer nuestro estilo de aprendizaje y el de nuestro equipo nos ayudará a definir los roles de cada uno en la organización, a ser más efectivos y rentables. Para ello organizamos cada una de las etapas del ciclo en cuatro ejes: Experiencia Concreta (EA), Experiencia Activa (EA), Observación Reflexiva (OR) y Conceptualización abstracta (CA) y atribuimos diferentes porcentajes según como seamos en cada uno de los cuadrantes. El resultado definirá a su vez los siguientes estilos que en ocasiones se entremezclan:
Divergente: Los divergentes tienden a ver los problemas desde muchos puntos de vista diferentes. Su enfoque de resolución de problemas tiende a centrarse en la observación y recogida de datos en lugar de su aplicación. Son personas que prefieren trabajar con un equipo.
Asimilador: Las personas con un estilo de aprendizaje de asimilación están menos centrados en las personas y más interesados en las ideas y los conceptos abstractos.
Convergente: Los convergentes tienen una gran capacidad para la toma de decisiones, pero menos capacidades intrapersonales, basadas en datos analíticos y prefieren tareas puramente técnicas.
Acomodador: El estilo de aprendizaje es «práctico», y se basa en la intuición más que la lógica. Tiende a resolver los problemas a través de experiencias y prefieren confiar en el análisis de los demás en lugar de efectuar sus propios análisis, tienden a disfrutar de la implementación de nuevas ideas y conceptos”.
Como podemos ver una vez más, la gestión del conocimiento está muy ligada a la gestión del despacho, por no decir que casi parecen lo mismo. No podemos hablar de una sin mentar a la otra.
Fuente:
– Legaltoday.com. (2017). Los Despachos cognitivos y la gestin del conocimiento como motor para la Innovacin. [online] Available at: http://www.legaltoday.com/gestion-del-despacho/gestion-del-conocimiento/articulos/los-despachos-cognitivos-y-la-gestion-del-conocimiento-como-motor-para-la-innovacion [Accessed 14 Feb. 2017].
El único problema es convencer a los Abogados de que existimos, y que somos necesarios… porque en fin, se encuentra por ahí cada cosa…
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Tienes razón, el problema es ese o es al menos lo que yo creo. Pensar que la gestión del despacho es un tema secundario y verlo como una pérdida de tiempo hoy en día es un grandísimo error, y sobretodo es arriesgarse a quedarse atrás en competitividad.
Un saludo y gracias por tu comentario.
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